El movimiento a través de los espacios construidos condiciona la forma en la que los vivimos y nos relacionamos con la arquitectura. La altura de un peldaño, la inclinación de una rampa o la longitud de un recorrido provocan diferentes percepciones y, por eso, el cuidado detalle de su diseño es fundamental para que funcionen los espacios.

En el taller “Historia de una escalera: conectando espacios” hemos jugado a diseñar y explorar las diferentes soluciones para conectar los espacios construidos de forma cómoda, segura, accesible e integradora.

Además, en esta ocasión, el taller que hemos realizado en TXOKOlate ha tenido un fin solidario ya que ha formado parte de las actividades del programa Fair Saturday y nos ha permitido apoyar al proyecto “Barreras Invisibles” Destinado a becas culturales para niños en riesgo de exclusión social.