Bilbao está siendo testigo de una importante regeneración urbana. Una de las áreas más significativas, quizás para los propios ciudadanos de la ciudad es la zona de Bilbao La Vieja. Enclavada en una ubicación privilegiada se está convirtiendo en un área de gran atractivo para los bilbaínos. Quizás esta reconversión de la oferta hostelera y de comercios no sería posible sin la recuperación del espacio en torno a la ría que genera ese ambiente de relación social que tanto atrae a sus nuevos ocupantes. Sobre esta intervención hablábamos en el articulo que escribimos para I Love Bilbao.
Muelle de Bilbao La Vieja
«Siete puertas, siete calles, siete siglos de historia y uno más que estamos escribiendo juntos son el punto de partida de donde nace el renovado Muelle de Bilbao la Vieja.
Desde el origen de Bilbao, el borde de la Ría ha servido como muelle de carga para diferentes actividades: comercio, pesca, minería e industria entre otras. La depredadora actividad urbana ha desplazado estas actividades hacia diferentes zonas dejando vacías de usos estas áreas del centro de la ciudad. De esta forma, hemos ido integrando espacios casi olvidados por la mirada colectiva pero muy presentes en la historia de Bilbao como el muelle de Bilbao la Vieja.
Los 650 metros lineales entre el puente de San Antón y el del Arenal vieron partir el mineral de las minas de Miribilla hasta la década de los setenta del s.XX. Después, se quedaron dormidos, en espera, hasta que entre 2002 y 2004 los arquitectos Juan Sábada y José Luis Burgos dieron forma a un proyecto de rehabilitación para el Muelle de Bilbao la Vieja.
Se trata de un área longitudinal, un paseo por el borde de la Ría, que además de permitir la continuidad peatonal en el eje fluvial, conecta los barrios de Bilbao La Vieja y San Francisco con el Casco Viejo. Para atender a esta doble función el paseo se estructura en tres tramos organizados entre los tres puentes que lo delimitan: el puente de San Antón, el de la Ribera y el de la Merced.
La primera parte del muelle, desde el puente de San Antón hasta el de la Merced, es un paseo por la memoria de la Villa. A través de siete textos literarios grabados en el pavimento se da testimonio de cada uno de los siete siglos de historia de la ciudad.
El segundo tramo del paseo es un muelle de madera que vuela sobre la Ría y, cuando ésta está en marea alta, simula ser una gran barcaza flotante que nos transporta a la historia industrial de Bilbao en la que las embarcaciones recorrían sin descanso el Nervión.
Entre el puente de la Merced y el muelle de la Naja el paseo adquiere una explosión de dinamismo, los coloridos muros de piedra cortados en diagonal permiten conectar de manera fluida la Ría y la ciudad. El gris melancólico de las nubes de Bilbao, el rojo del mineral de hierro y el verde del paisaje que rodea la urbe sirven para articular el tercer tramo del paseo urbano y lo conectan con la ciudad.
El muelle de Bilbao la Vieja es un inesperado mirador hacia el Casco Viejo y también es uno de los escenarios de mayor diversidad cultural y social de la ciudad. Pasear por el muelle de piedra, madera y hierro nos descubre una visión renovada del paisaje urbano de la Ría y nos propone el siguiente reto: ¿cuál será el mensaje que escribiremos sobre este siglo?»
Muelles de Bilba la Vieja. Juan Sábada y José Luis Burgos. Año de finalización del edificio: 2004.
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